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miércoles, 7 de agosto de 2013
lunes, 5 de agosto de 2013
RENACIMIENTO EN LA EDUCACIÓN
El renacimiento fue un periodo en el que el
estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia
del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el
descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores
de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla en Italia. El espíritu
de la educación en el Renacimiento fue humanista y racionalista donde se
introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la
formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros
educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años. Durante
este período se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana
enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la Edad Media,
llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio
del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas
fundadas en Santo Domingo (1.538), en México y Lima (1.551).
La
influencia del protestantismo:
Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma
promovida por Martín Lucero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas
en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el
catecismo en un grado elemental y cultura clásica, hebreo, matemáticas y
ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria.
La moderna práctica del control de la
educación por parte del gobierno fue diseñada por Lucero, Calvino y otros
líderes religiosos y educadores de la Reforma.
La
influencia de la iglesia católica:
Los católicos siguieron las ideas educativas
del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como
respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de
la Contrarreforma.
Los jesuitas, como se conoce a los miembros
de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel
preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde
el siglo XVI.
La educación en esta época coincidió con la
difusión de los nuevos valores surgidos de la vuelta a la tradición
grecolatina. La nueva visión del rol del ser humano, orientado a cumplir sus
fines no solo en el más allá, sino también en el mundo terrenal lo impulsó al
conocimiento matemático, filosófico, histórico, geográfico, científico y
artístico, sin descuidar la educación física. Mente y cuerpo en desarrollo,
fueron el objetivo de esta concepción racional, libre y humanística de la
enseñanza-aprendizaje, que se facilitó con la invención de la imprenta. Las
mujeres comenzaron a ser tenidas en cuenta en la educación formal.
Sin embargo la estructura seguía siendo la
del sistema medieval, predominando la enseñanza del latín y la necesidad de
formar sacerdotes, aunque en la enseñanza superior comenzó a estudiarse el
griego. Siguió la clásica división del trivium (que incluía retórica,
gramática, y dialéctica) y el quadrivium (aritmética, astronomía. geometría, y
música).
Referencias
·
La educación en el
renacimiento. Recuperado el 05 de agosto del 2013, de: http://profinmabu.blogspot.mx/2008/09/la-educacin-en-el-renacimiento.html
·
La educación en el
Renacimiento | La Guía de Educación. Recuperado el 05 de agosto del 2013, de: http://educacion.laguia2000.com/general/la-educacion-en-el-renacimiento#ixzz2b9kBIrdD
HUMANISMO EN LA EDUCACIÓN
Sirvan estas notas como
meros ejemplos de aplicación de los conceptos humanistas (ver la presentación
HUMANISMO: Por qué, qué y para qué, en 856 palabras) a la actividad más
importante en la sociedad humana: la educación de sus miembros. Quisiera que
los señores educadores, además de tolerar mi atrevimiento por incursionar en su
campo, mejoraran e incrementaran la colección de sugerencias efectivas que
trata de ser lo que sigue. A los padres, como educadores principales que son,
decirles que este escrito es necesariamente también para ellos.
La manera de ver la vida,
entenderla y actuar en ella reflejada en este trabajo es objetiva y
perfectamente acorde con la naturaleza humana. Da provechos palpables y una
vida más plena, sana y feliz al individuo. Por lo que su enseñanza se logra
mediante estímulos positivos, sin uso alguno de castigos, amenazas ni
humillaciones.
La formación de un ser
humano será deficiente si no incluye la adquisición funcional más completa
posible de, al menos, las primeras consideraciones del humanismo:
1. Cada ser humano es una
criatura fabulosa.
2. El ser humano es tanto
naturaleza como formación.
3. La humanidad es como un súper
organismo del que somos parte.
4. La relación y cooperación
humanas plenas son requeridas para el mejor funcionamiento y mayor bienestar
del ser humano.
Los educadores deben aprovechar cada oportunidad para
usar, mostrar y hacer asimilar esas consideraciones.
Deben destacar el gran valor
de hasta las habilidades y virtudes humanas más simples; así como dirigir la
atención hacia la belleza y las capacidades afectivas del ser humano. Enseñar a
apreciar las cualidades propias, a apreciar las del prójimo como nuestras.
Recordar que todas las habilidades humanas requieren esfuerzos para su
adquisición y desarrollo. Demostrar que incluso se puede hacer que esos
esfuerzos no sean penosos mediante entrenamiento y adquisición de hábitos.
Recordar que cada uno tiene entre sus obligaciones (y en su conveniencia y
gusto) propiciar la formación y el desarrollo del prójimo, comenzando por la
descendencia propia.
Hay que enseñar a apreciar las enormes ventajas y
satisfacciones que provienen de la sociedad, la convivencia social y las
relaciones humanas.
Que vean la sociedad como el
complemento imprescindible que es de la naturaleza humana, sin el cual muy
pocos podrían sobrevivir, pero cuyas conveniencias y posibilidades van mucho
más allá de la supervivencia. Mostrarles que la sociedad puede y tiene que ser
un acuerdo de todos para el bien y progreso de todos. Que los problemas y
aberraciones sociales ocurren sobre todo porque algunos no tuvieron la
formación integral que ellos están teniendo, y que todos estos problemas y aberraciones
pueden ser resueltos de forma civilizada. Que es ilegítimo y degradante
ingeniarse para participar con provecho de esos problemas, o intentar
establecerse en islas protegidas de los mismos. De nuevo: que la sociedad puede
y tiene que ser un acuerdo de todos para el bien y progreso de todos.
Humanismo, es un acto de
formación y reencuentro del hombre con su esencia; consiste en reflexionar y
velar por que el hombre se eduque humano y no un inhumano o un bárbaro, es
decir, fuera de sus valores y esencia. Sin embargo el humanismo va mas allá de
lo que cultural e históricamente se ha planteado. Significa un profundo
conocimiento del ser humano, educado en valores, con características
intelectuales que se pueden cultivar y acrecentar, con sentimientos, emociones,
programas educativos acordes a una necesidad social y humana y necesidades
físicas de espiritualidad y de sociabilidad.
El hombre, según Fernando
Savater, pasa por dos gestaciones: la
primera, que le da la vida; la segunda, la educación y es a través de ellas que
se construye la interrelación entre hombre y sociedad, por lo tanto, es
obligación de la sociedad preparar al hombre para su integración a ella, para
transformarla y desarrollarla.
Balmes que “la educación es
al hombre lo que el molde al barro, le da forma”, la educación intelectual
tiene su origen en el estímulo de los sentimientos a lo largo de la
formación. A través de la educación que
aportan tanto la sociedad, la escuela y la familia, al niño se le puede educar
o maleducar con acción y omisión, con ausencia y con presencia, o como diría Aristóteles. “por exceso o por
defecto de mimos y tentaciones.
La escuela tiene como
principal objetivo proporcionar una educación formal mediante un proceso
integral de carácter intencional, planificado y sistematizado, que se
concretiza en un currículo oficial y se aplica en calendario y horario
definido. No obstante. La educación formal no es autónoma de la educación
externa negativa que proviene de la sociedad y su entorno, junto a la cual ha
tenido que sobrevivir e incluso competir. Esta última entorpece contradice y
desvaloraliza los fundamentos
pedagógicos del proceso educativo. Esto se manifiesta con la gama de
información no adecuada, que resulta más atractiva para los niños y los
jóvenes, a través del cine, la televisión, la calle y la información de la
Internet. Dicha educación, lejos de formar, deforma y lejos de educar,
deseduca.
Uno de los problemas que
contribuye a la pérdida del aspecto humano de la educación es que el profesor
provoca dicha situación en el aula, con prácticas tradicionalistas que anulan
al niño aprendidas en los Centro Normales de Educación, a través de actitudes y
conductas tales como el autoritarismo, el abuso del poder, la competencia, el
individualismo. Entonces resulta necesario analizar la necesidad de que la
verdadera educación inicia con humanizar a los maestros, para que estos lo
hagan con sus alumnos. Tarea en verdad complicada, pero necesaria y urgente es
el educar y humanizar al profesor. Con esta idea es la oportunidad de
establecer el reencuentro del hombre con el mismo.
Por eso y mucho más que
incentivar a movilizaciones para la
lucha y conquista de interés particulares,
como sociedad y padres de familia, fomentemos el dialogo con los profesores de
nuestros hijos y motivémoslos a que antes de ir a pedir mejores modalidades de
pago por parte del estado, se trasforme a la educación, y con esa obra
realizada se pida lo que por trabajo y esfuerzo verdaderamente corresponde,
propongamos un ambiente cordial, empático y respetuoso, con un grado oportuno
de libertad, dando pie al desarrollo de una clase democrática cuya finalidad
sean aprendizajes significativos y duraderos centrados en los alumnos.
La tarea de educar es de
todos, por eso como docentes, padres de familia y sociedad en general,
apliquemos estos conocimientos teóricos propuestos y muchos más, pongámoslos en
práctica en la casa, en la calle, en la escuela y en todo lugar, vivamos con
valores, actuemos con apego a principios éticos, seamos más reflexivos con
neutros hijos, con nuestros maestros, con nuestros alumnos, con todos los que
conformamos esta sociedad, seamos más abiertos, menos directivos, actuemos sin
inhibiciones de sociedades tradicionalistas, fomentemos el espíritu de
cooperación, basado en respeto y reconocimientos mutuos, seamos más humanos, que nos ayude a demostrar los
sentimientos, emociones y aspiraciones, para lograr vivir con trabajo pero
sobre todo con dignidad y amor a nosotros mismos, y finalmente, a los maestros
y padres de familia, enaltezcan el verdadero valor de educar, cuya meta no solo
es lograr mejores profesionistas si no mejores seres humanos.
Referencias
·
Humanismo en la
educación (1997). Ricardo E. Trelles. Recuperado el 05 de agosto del 2013, de: http://mhecnet.org/DOCU14.HTM
·
Huitzuco.como, lugar
de espinas. Recuperado el 05 de agosto del 2013, de: http://sites.huitzuco.com/index/Home/sociedad-abierta/elhumanismoenlaeducacion
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